Práctica 4: Objetivos de la educación para la década 2010-2020
En nuestro grupo tuvimos que analizar el objetivo número 8 de este plan de acción del Consejo de Ministros, dedicado a la modernización e internacionalización de las universidades, formación, investigación, transferencia del conocimiento y responsabilidad social. Las propuestas para conseguir este objetivo que surgieron de nuestro grupo de trabajo fueron las siguientes:
- Promoción de proyectos europeos e internacionales de investigación universitaria. Hay muchas convocatorias de proyectos en las que la universidad entra en competición con la Junta de Castilla y León o con otras administraciones, así que muchas veces, en vez de promocionarse, se hace justo lo contrario. Lo mismo a nivel internacional.
- Promoción de otros idiomas de manera transversal: docencia de alguna asignatura en otros idiomas, seminarios o cursos en otros idiomas.
- Sistema de becas formativas para alumnado y un sistema de becas de investigación tanto para el alumnado como para el profesorado. Las tasas universitarias son cada vez más altas, lo que hace que el acceso a la formación universitaria pueda suponer un enorme esfuerzo económico o, en algunos casos, una barrera infranqueable. En lo que respecta a la investigación, otro tanto de lo mismo. Está muy bien investigar, pero tiene que ser a cambio de una contraprestación económica digna.
- Aumentar la contratación de profesorado y reducción de la precarización laboral universitaria: profesores totalmente sobrecargados en la docencia en algunos casos, profesores asociados en situaciones precarias, becarios de doctorado absolutamente precarizados con funciones docentes, etc.
- Formación del profesorado: No existe ninguna formación específica para poder ejercer la enseñanza en la universidad. Para la secundaria hay que realizar un master de formación, pero para la universidad no. Habría que darle una vuelta o dos.
- Cursos, congresos o seminarios no solo para el alumnado y profesorado, sino también para la ciudadanía en general, para intentar crear vínculos con la sociedad de la que surge la propia universidad.
- Mayor control de la corrupción universitaria: en los flujos financieros, la contratación de personal, la adjudicación de becas o el plagio, entre otras.
- Responsabilidad social universitaria más centrada en la ciudadanía: establecer los criterios de la compra pública ética para todas las compras de la universidad, siguiendo criterios éticos, solidarios y ecologistas para todos los productos que adquiera la universidad. También la convocatoria de proyectos sociales o de cooperación al desarrollo para entidades de fuera de la universidad, etc.
- Promoción de proyectos europeos e internacionales de investigación universitaria. Hay muchas convocatorias de proyectos en las que la universidad entra en competición con la Junta de Castilla y León o con otras administraciones, así que muchas veces, en vez de promocionarse, se hace justo lo contrario. Lo mismo a nivel internacional.
- Promoción de otros idiomas de manera transversal: docencia de alguna asignatura en otros idiomas, seminarios o cursos en otros idiomas.
- Sistema de becas formativas para alumnado y un sistema de becas de investigación tanto para el alumnado como para el profesorado. Las tasas universitarias son cada vez más altas, lo que hace que el acceso a la formación universitaria pueda suponer un enorme esfuerzo económico o, en algunos casos, una barrera infranqueable. En lo que respecta a la investigación, otro tanto de lo mismo. Está muy bien investigar, pero tiene que ser a cambio de una contraprestación económica digna.
- Aumentar la contratación de profesorado y reducción de la precarización laboral universitaria: profesores totalmente sobrecargados en la docencia en algunos casos, profesores asociados en situaciones precarias, becarios de doctorado absolutamente precarizados con funciones docentes, etc.
- Formación del profesorado: No existe ninguna formación específica para poder ejercer la enseñanza en la universidad. Para la secundaria hay que realizar un master de formación, pero para la universidad no. Habría que darle una vuelta o dos.
- Cursos, congresos o seminarios no solo para el alumnado y profesorado, sino también para la ciudadanía en general, para intentar crear vínculos con la sociedad de la que surge la propia universidad.
- Mayor control de la corrupción universitaria: en los flujos financieros, la contratación de personal, la adjudicación de becas o el plagio, entre otras.
- Responsabilidad social universitaria más centrada en la ciudadanía: establecer los criterios de la compra pública ética para todas las compras de la universidad, siguiendo criterios éticos, solidarios y ecologistas para todos los productos que adquiera la universidad. También la convocatoria de proyectos sociales o de cooperación al desarrollo para entidades de fuera de la universidad, etc.
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