Práctica 6: El libro blanco de la profesión docente

Aprovechando el momento actual en el que nos encontramos, con el surgimiento de nuevas teorías educativas, la importancia de la educación en el debate político y social, y los cambios en los estándares internacionales de educación, Jose Antonio Marina propone el libro blanco de la educación docente. En la hoja de ruta que supone este manual Marina realiza una serie de propuestas para mejorar la educación española. Aunque ésta ha mejorado mucho en las últimas décadas, con el acceso de cada vez un mayor número de estudiantes a los estudios universitarios, con un mayor número de profesores en todos los niveles de la educación, hay aspectos en los que no ha mejorado. El fracaso escolar es uno de los más altos de la Unión Europea, de media de país sus resultados en las encuestas internacionales no destaca y está lejos de los primeros puestos. Esto es posible remediarlo, según él, a través de sus propuestas. Éstas van desde la formación del profesorado, el papel de la orientación escolar en los centros, la enseñanza bilingüe, o la investigación en entornos escolares.

Creo que su propuesta de realizar un MIR de profesorado es un poco irrealizable. Tal y como está conformado el sistema educativo, una competencia autonómica cuyas transferencias se completaron ya hace muchos años, centralizar el proceso de selección de profesorado tendría muchísimas oposiciones. Sobre todo desde las comunidades con lenguas cooficiales, pero no exclusivamente. Tres años de formación en prácticas parece algo razonable, pero la obtención de una plaza definitiva mediante otra evaluación, sin explicar en qué consistiría, tampoco parece muy viable. Creo que es una aspiración loable, pero muy complicada de realizar en la España actual. Sin oposiciones, con las críticas que ya reciben en la actualidad, se multiplicarían los problemas y las quejas sobre los procesos seguidos para la obtención de una plaza funcionarial.

Sí que me parecen interesantes otras propuestas presentadas en el libro blanco. Por ejemplo todo lo que indica respecto a la evaluación docente, de los centros, e incluso de los propios estudiantes. Desconozco cómo funciona ahora mismo la inspección escolar, pero me da la sensación de que a no ser que sea sobre algo excepcionalmente grave no actúa. No se trataría de actuar ante problemas serios, sino que un observador externo sea capaz de dar directrices y orientar al respecto de cuestiones que a lo mejor no están funcionando bien en los centros escolares, o deficiencias en la formación o la propia organización y gestión del centro. Podría ser muy conflictivo pero si se organiza convenientemente podría tener muchos beneficios.